CRÓNICA DE LA ACEQUIA DEL ALMIAR. 3-11-18
El sábado tres de noviembre dentro del programa de A pie de la historia, organizado por Kika y Mara, el Club visitó la Acequia del Almiar, en Soportújar. Viniendo desde Órjiva,

sobrepasada la entrada de éste, llegamos a la Ermita del Padre Eterno, donde tomamos el carril terrero, que, a la izquierda accede tanto al Monasterio budista de O Sel Ling, como a la Casa Forestal de Prado Grande, donde detenemos “la caravana”. Mara y Cecilio bajan del primer vehículo; Kika, Ana “presi”, Manolo Palomino y el cronista “descabalgan” del segundo, mientras que la “Familia Quintana”: Ana, Paqui, Jesús y Jesús (hijo) abandonan el último. Sobre las 10’45 iniciamos “recortada” la ruta clásica (mejor desde el pueblo, subiendo desde el Dique 24), tomando, en primer lugar, el PR-A 22(sendero) rumbo al vivero de Monte Chico. El paraje, “trufado” de Coníferas varias y añosas encinas autóctonas de gran porte atrae por su singular belleza, “disimulando” el duro desnivel que salva la pista. Tras el vivero, el carril deviene en senda, que gana altura entre el bosque mixto, asomándose, de cuando en cuando, al valle del Río Chico y sus cimas: Cerrillo Redondo(3055 mts) y el Pico del Tajo de los Machos(3085 mts), con nieve reciente. Debe señalarse, que esta extraordinaria riqueza forestal, que incluye el robledal relicto de Puente Palo, es fruto de la intervención que hubo de realizarse desde los años 30(ya en 1925), y ¡hasta los 90!, para “sujetar” el ímpetu del río, completado con la construcción de numerosos diques, entre los que destacan el afamado “Dique 24” y el de “la República”. La senda desemboca en el carril del área recreativa de Puente Palo, que cruzamos, para, subiendo, tomar el sendero Sulayr, que en este tramo acompaña la Acequia del Almiar. Si su atractivo se renueva en cada visita, su funcionalidad admira más aun, según defiende “el experto” Jesús(hijo), cuyas cabales y detalladas explicaciones…van silenciando el “espejo” de la alberca reguladora. En estas praderas actuales del Cortijo de Haza Llana, y en las del de La Laguna, más arriba, donde hoy pastan los caballos, otrora se cultivó el trigo; tras la siega, amontonado en el almiar, o pajar al aire libre. Entre las una y las dos, terminamos de recorrer la Acequia, atravesando varios aclarados del robledal autóctono, que desemboca en un gran cortafuegos en la Loma de las Matanzas –(las víctimas, los moriscos que protagonizaron la insurrección entre 1568-1570, contra la “Pragmática Sanción de 1567, promulgada por Felipe II.) . Este cortafuegos va transformándose en un carril terrero conforme se acerca al vértice del pico de La Atalaya(1688 mts), donde hacemos un alto para comer, mientras contemplamos, entre la niebla los afamados pueblos del Barranco del Poqueira. Las cimas nevadenses permanecen ocultas, mientras hacia el sureste limitan el horizonte Contraviesa y Sierra de Lújar. Sobre las 2’45, reanudamos la ruta junto a la caseta de vigilancia, que baja por la vereda principal, entre el robledal aclarado, hacia el Monasterio Budista de O Sel Ling, fundado por los Lamas tibetanos Yeshe y Zopa Rimpoce en 1980. Allí, protegida por la alameda nos recibe Tara, deidad de la sabiduría…A continuación, una senda perimetral –con excelentes panorámicas - (Poqueira, Cotraviesa, Lújar, “llanura” de Órjiva, Presa de Rules, Mediterráneo, Almijara…) baja hacia la salida, aunque permite, sucesivamente, la visita a una estatua de Buda, una Estupa (con reliquias del Lama Yeshe) y finalmente la “monumental” rueda de oración, cerca de la entrada del Centro Espiritual, que abandonamos sobre las 3’00. Para llegar a los coches, como el carril “se alarga” en exceso, lo abandonamos en la primera curva, siguiendo unas trochas de animales, que conectan con una vereda que atraviesa el Barranco de la Cueva. Poco después, volvemos al camino, y tras recorrer unos dos Kms llegamos, sobre las 4’00, a la casa forestal de Prado Grande, inicio de la ruta. Cumplidas las expectativas, aunque ausentes Mara y Cecilio, celebramos “el tercer tiempo” en “el volante” de Lanjarón.

 

 

VER REPORTAJE FOTOGRÁFICO COMPLETO.- AUTOR: Pablo Cano