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 20-21 DE FEBRERO 2016. Empieza nuestra aventura de fin de semana con cierta incertidumbre sobre el tiempo del que vamos a disfrutar.AVISO: Esto va a ser largo, yo no me caracterizo por mi capacidad de resumir y muchas cosas pasaron, menos mal que me he retrasado más de una semanita en hacerla y se me han olvidado cosas, dad las gracias por ello.

Nos vemos en nuestro lugar de cita, mi primer malrato como organizadora llega de inmediato. No viene mi asesor cultural, D. Pablo Cano Guervós, ufff que mal organizado va a estar esto...., primeros sudores fríos. Tengo que sacar mis apuntes de la mochila, menos mal que Pablo me dio unos articulillos la semana anterior, pero ni los había empezado a leer. Vamos 12 personas, que responsabilidad que les voy a contar? Nos acoplamos en coches yo tengo que ir delante, tengo que empollarme los apuntes y hacer de guía Uffff que complicado. Empezamos la ruta por el asfalto y nos cae un “diluvio de humedad residual” (made in Ana). Nos vamos por Campillos hasta Ardales, era lo que ponía google para llegar y yo, pues lo que diga San Google, sin embargo según algunos dimos muchas vueltas. Yo realmente no lo sé, ni ellos tampoco.... porque verse, verse no veíamos nada, por la densa niebla formada por los pantanos, que daba un ambiente siniestro. Ufff que mal organizado esta esto.... Lluvia, Niebla, yo de guía.... Mejor dimito.... No se me acepta la dimisión. Desde Ardales cogemos la carretera que se dirige hacia el Pantano del Chorro, no sin nuevas dudas de que vayamos en dirección correcta, pronto se hace angosta y la niebla que se ha levantado algo nos permite ver bandadas de buitres leonados más bajos que nosotros y apostados en las rocas, todo un espectáculo.
Tras curvas y curvas hacemos la primera parada cultural, en una curva claro de la “carretera” donde pone “punto de interés geológico” ¿quién puede resistirse ante este reclamo y la insistencia de Ana a parar?.
El paisaje es particular y está compuesto por unas formaciones geológicas llamadas “Tafonis”, primer lugar de safari fotográfico: tafonis, buitres. Los tafonis son cavidades redondeadas en la roca, excavadas por la erosión en las paredes y escarpes verticales desprovistos de vegetación, la parte superior hace como una especie de voladizo, se forman por la acción del viento “deflación eólica” si hablamos con propiedad científica. Estas formaciones son muy curiosas y bonitas, merece la pena esta primera parada. Continuamos y llegamos a Bobastro. Compramos nuestra entrada de grupo a 2 euros por cabeza y ohhh que bien menos mal que hay muchos paneles informativos y además hay una guía que nos explica..... que bien, que descanso.
Bobastro fue una ciudad-fortaleza construida por Omar Ibn Hafsún en un lugar inexpugnable, para ser centro en su lucha contra el emirato de Córdoba. Hasta 2000 personas llegaron a vivir allí. Lo más característico de Bobastro son los restos de su Iglesia que es la única basílica Mozárabe dentro del territorio de Al-Andalus. Fue construida en el S. X. Es una iglesia excavada en la roca, de 3 naves con arcos de herradura y pilastras talladas en roca. Se sitúa en una explanada donde había un gran aljibe que surtía de agua. Este aljibe estaría en el centro del resto de la construcción que conformaba un rectángulo en cuyas alas estarían las diferentes estancias para los monjes
Quien quiera saber más aquí va un enlace
http://www.turismo-prerromanico.com/es/mozarabe/monumento/baslica-de-bobastro-20130402161249/#ad-image-0

Por el interior de la zona alambrada subimos por veredas no demasiado pisadas hasta lo alto del monte, allí esta el embalse de La Encantada, un embalse que se llena por la noche y se vacia por la mañana para generar energía.
Bordeando el embalse por la derecha seguimos viendo restos de la ciudad de Bobastro tan llamativos como la Iglesia, casas, tumbas infantiles, y restos del castillo etc.... Toda esta zona se llama Las Mesas de Villaverde. Desde aquí arriba las vistas son increíbles, vemos todo el valle de Abdalajis, el otro lado el imponente Huma en todo su esplendor, parte de la campiña de Campillos y a nuestros pies el desfiladero de los Gaitanes. Aquí hicimos nuestro descanso y degustamos nuestras viandas.
Intentamos bordear todo el pantano pero una valla lo impide, así es que de vuelta por el mismo camino hasta nuestros coches.
Nos hemos entretenido y disfrutado más de lo prevista por lo que el Pico del Convento no se puede hacer a si es que tomamos otra alternativa, ir al Castillo de Turón.
Nos despedimos de Pilar y Ramón que vuelven a Granada.
Volvemos a Ardales y una vez allí cogemos un carril que lleva al Castillo de Turón antes pasamos por el puente romano de La Molina, de 3 arcos sobre el rio Turón, el único conservado según reza en los paneles informativos de la provincia de Málaga. El rio Turón nace en la Sierra de las Nieves y se dirige en dirección contraria al mar hasta llegar al embalse del Chorro ó de Guadalhorce.
En el camino al Castillo de Turón tuvimos un reventón ....y Emilio e Hita tienen que volverse al pueblo para arreglarlo.
Subimos al castillo por un prado florido y un olivar por a parte de atrás. Las vistas desde el castillo y el atardecer merecieron la pena. Aquí va lo que he encontrado del castillo
http://www.ardales.es/es/Turismo/Monumentos/Castillo_de_Turon/

“Mandada fortificar por Muhammad V en 1362, como fortaleza de frontera, desde ella se defendió el empuje castellano que se organizaba desde el Castillo de la Estrella en Teba. Siendo en una de las incursiones granadinas que partían de Turón, cuando mataron al escocés Sir James Douglas, que junto con siete caballeros y 20 escuderos, portaban el corazón del rey de Escocia Robert Bruce. Pretendiendo, con sus armaduras refulgentes y sus métodos tradicionales, hacer su propia cruzada contra el infiel. Aparte de esta anécdota, el castillo de Turón fue una fortificación extraordinaria, con dos puertas y un alcázar donde una torre de homenaje controlaba todo el valle. Más de diez torreones y una segunda muralla o barbacana, defendían un espolón calizo casi inexpugnable.
La fortaleza mantuvo su relación militar con los granadinos hasta 1433 cuando Gómez de Ribera “el Adelantado” toma Turón para los castellanos.
A partir de este cambio definitivo, el lugar se despuebla y rápidamente entra en decadencia, absorbida sus tierras y beneficios por la fortaleza de la Peña de Ardales, forma parte definitiva de su término municipal y de su escudo desde finales del siglo XV.”
Más tarde ya volvimos al pueblo y recogimos a Hita y Emilio con su rueda nueva y nos dimos un paseíllo por el pueblo, con unas buenas cuestas empinadas, iglesia con unas escaleras que casi hay que subir a cuatro patas. Cervecita
Cenita y a dormir... A las 10? Imposible para algunillas, así es que la noche es joven ... un gin tonic ...que nosotras no somos tan jóvenes como la noche y mañana hay que subir al Huma y a dormir.

Dia 21

Nos levantamos y nos desayunamos con manteca colorá y zurrapa, que reviven a un muerto o definitivamente lo entierra para no volver a salir. El ambiente es de una pesada calima y los coches amanecen con una pátina rojiza de arena del desierto que ha caído sobre ellos en la noche.
Emilio e Hita se animan a subir al Huma y nos vamos 10 personas, nadie ha venido de Granada para incorporarse.
Dejamos los coches en la estación del Chorro y empieza nuestra ruta. Empezamos subiendo entre pinos carrasco de repoblación, recortando por trochas el carril, hasta llegar a la “escalera árabe”
http://www.malaga.es/es/turismo/naturaleza/lis_cd-7797/escalera-arabe-sierra-huma-chorro-alora-rincon-singular “Conocida desde principios del siglo XX con el nombre de la "escalera árabe", no existe evidencia que confirme ese origen. Esta singular obra humana a modo de escalera permite franquear la alineación montañosa de Castillones por su parte central, evitando rodear una larga pared caliza y permitiendo el acceso natural al Cortijo de "Can pedrero".
La obra aprovecha una discontinuidad en la pared y, mediante una serie de escalones (más de 256 de distintas formas y dimensiones) labrados en la roca o preparados con piedras y rocas del lugar, salva un desnivel acusado de forma más o menos cómoda tanto para hombres como para animales.”
Bien bonita que es la subida por la escalera árabe y hace los delirios de los escaladores y de los fotógrafos. Al fin llegamos al cortijo y a su preciosa era donde hicimos un pequeño descanso y fotos “artísticas”. Seguimos nuestra subida no sin perdernos en un momento dado, algo que nos hizo subir más derechos y empinados y sin vereda hasta llegar al canuto que hay que trepar y que nos hace disfrutar. Especialmente bonita fue la satisfacción que nos trasmitieron Emilio y sobre todo Hita al hacer este pequeño canuto.... con lo que llevan hecho a sus espaldas y parecía que era la primera vez que hacían algo así.
Después del canuto, el pico del Huma parece que está al lado pero aún quedan unos metros que subir que parecen llevarse a cada paso el pico cada vez más lejos. Al final la cumbre. Una pena que el día esté con calima que no nos deja ver con nitidez todo lo que hay a nuestros pies.

Comemos protegidos del viento y volvemos sobre nuestros pasos, ahora canuto de bajada, nuevas emociones que pasan con rapidez.
A la bajada si que encontramos el camino señalizado y aunque da más mas vuelta que la subida que hicimos, es mucho más cómodo para bajar.
A la vuelta la escalera árabe está llena de escaladores con su perros y vemos posturas imposibles trepando por la pared.
Volvemos a los coches, cervecita allí mismo y vuelta a Granada.

Que buen fin de semana, que buen grupo para un fin de semana compartido.

MARIA JOSÉ ORTEGA ACOSTA

 

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